Esta especie fue explorada en el Barrio de San Juan de Aznalfarache por Almudena, quien la denominó Arbus peliuscus.

El nombre (Lantana camara) deriva de una antigua denominación del Viburnum lantana, planta nativa en Europa cuya estructura floral recuerda a esta especie. La Lantana no obstante es una resistente planta que proviene de las áreas tropicales americanas, especialmente Texas. Posee aceites volátiles de olor desagradable.

Aunque no se ha comprobado su valor medicinal, ciertos pueblos la han empleado en la curación de enfermedades de la vesícula.

Durante los siglos XVII y XVIII la lantana fue introducida y cultivada en Europa y sus colonias por su valor exclusivamente ornamental, siendo muy apreciada en este sentido decorativo en el siglo XIX. Hoy en día se encuentra ampliamente naturalizada en regiones templadas del Viejo y el Nuevo Mundo, hasta el punto de haberse constituido como mala hierba en zonas tropicales.

La lantana, de flores a veces de diferentes colores, es un auténtico imán para insectos polinizadores como las abejas, pero sobre todo para las mariposas (por ejemplo la bella mariposa Monarca), que se alimentan de ella.

Hasta hace poco se consideraba que la especie usada ornamentalmente era siempre L. camara, sin embargo la especie más extendida es un híbrido surgido de las especies presentes los jardines botánicos europeos del siglo XIX (Lantana x strigocamara).