Vitis vinifera L. / Vitis spp.
VitaceaeEsta especie fue explorada en el Barrio Alto de San Juan de Aznalfarache por Mari Cruz Miró Matito, quien la denominó Enredus Matitus.
El cultivo de la vid (Vitis vinifera), realizado al parecer por primera vez en Asia Menor, se pierde en los albores de la historia. La vid es un atributo de Baco, dios del vino, y de sus seguidores, las Ménades. En las bacanales los participantes se ceñían la cabeza con una corona de hojas de parra. La planta y su fruto, mencionados a menudo en las Sagradas Escrituras, se consideran generalmente símbolo de Cristo y de su sacrificio. Dicha interpretación se basa en el conocido pasaje del Evangelio de San Juan en el que el mismo Jesús afirma: yo soy la verdadera vida.
Recomendaciones del agrónomo andalusí Ibn Luyun son rodear la heredad con viñas, y en los paseos que la atraviesen plantar parrales, que proporcionan además una agradable sombra. El jardín debe quedar ceñido por uno de estos paseos con objeto de separarlo del resto de la heredad. Por tanto, y contrariamente a lo que se pudiera pensar dadas las prescripciones islámicas, la vid fue cultivada por los musulmanes medievales de al-Andalus: el famoso carmen granadino, los patios y jardines privados que caracterizan al barrio del Albaicín, deriva de la palabra karm, literalmente “finca cultivada con vides”.
Primer productor de vino en el mundo hoy en día, España también llevó a tierras americanas el cultivo de la vid. Los vinos andaluces fueron los primeros el llegar a tierras del nuevo continente en los bocoy que llevó Cristóbal Colón en su primer viaje. Tras la catastrófica plaga de la filoxera, originaria de América, también llegaron de allí diferentes especies de Vitis que, usadas como portainjerto, ayudaron a salvar muchas viñas europeas.
El cultivo de la vid representa toda una continuidad cultural en España que va al menos desde época romana, pasa por los árabes y la monarquía hispánica de los Austrias, y llega hasta la actualidad.